martes, 12 de junio de 2012


Mi soledad se alegra con esa elegante esperanza
Jorge Luis Borges - La biblioteca de Babel

Me gustó esta frase. Me resultó terriblemente sugerente, densa en su formulación, como el olor de un perfume fuerte. Por ello la recogí, con la idea de escribir un poemita. Pero en ocasiones los poemas crecen, se expanden, cual si fuera dióxido de carbono intoxicando los pulmones de cualquiera. 
A veces escribo sin fin alguno. Casi siempre, he de admitir. Me cuesta tener coherencia y, por ello, escribir un relato en condiciones. Quizá un vicio, quizá pereza. Estoy aquí sentado, en este escritorio plagado de cosucas, con una máquina de escribir a un lado, al otro, una pila de libros, el portarretratos de rigor, lapiceros varios. Sonetos de Shakespeare, Poemas completos de Kavafis, Manhattan Transfer de Dos Passos y El collar de la paloma de Ibn Hazm de Córdoba. Una buena pila. En mi mesita de noche, junto al tocadiscos, otra buena pila: algo de Vila-Matas, Ortega, García Lorca y Martínez Montávez.
Miro por la ventana. El sol sucumbe ante la noche, aún poderoso va retirándose poco a poco a su refugio al otro lado del mundo. La luna, astro ambiguo, va haciéndose con las casillas, como si de la reina blanca se tratara. El día pasa, mi escritorio va quedando en penumbra. El ventilador emite un ruido monótono, refrescante en el fondo (asociación de asociaciones es la vida en suma).
La sucesión de los días es infinita. Y sus posibilidades. Hace calor. Así, cuesta escribir algo coherente. Pero la coherencia no es tan sencilla. Me levanto y me refresco un poco. Me vuelvo a sentar, huele a tinta de la máquina de escribir. Me encanta ese olor, me lleva a mi infancia cuando, en casa de mis abuelos, toqueteaba la máquina de escribir, viendo como se estampaban las letras que poco a poco iba aprendiendo en el papel. Qué tiempos, ¿no? 
"Mi soledad se alegra con esa elegante esperanza" dice Borges, pensando en la infinitud de la biblioteca que plantea; universos paralelos, que huelen a futuro, pero también a pasado: a tinta de máquina de escribir. 
Difíciles de borrar las manchas de tinta. Y el olor a tinta. Brazos deletreados que arañan sin cesar una hoja de papel en blanco, marcándola de por vida con el dolor del golpe, con la idea que se incrusta en el folio puro. 

Mi soledad se alegra, con la elegante esperanza de la infinitud.
We will go riding
over the Rockies
we'll go on riding
all night long until dawn,
The Green Automobile- Allen Ginsberg

Más acá del horizonte tu cabeza reposa sobre mi hombro

beso tu nuca rasurada, me araña los labios, me embarga su olor:

olor a perfume y a verano

olor a estrellas, a fresco, a cigarras y a arena,

olor a verde, olor a azul, a espuma, a sábanas desordenadas,

olor ascendente como el humo azulado de un cigarrillo frente al mar,

olor que baila agarrado en un bar, risas por todas partes,

olor a canción, "oh honey, you are the only exception",

olor a nuestro coche verde, oh love, we'll be heroes now!

angels struggling with our heavy cocks, reaching the doors of paradise.

¡Alejandro! ¡Hefestion!

Oh, tu aroma me embriaga, bebo la vida de tu nuca rasurada.